lunes, 23 de julio de 2012

La vida no para , no espera , no avisa

Sucede que aveces la vida mata , pero sucede también que sin saber cómo ni cuando pone en tu camino a personas maravillosas y por fin logras reconciliarte con el mundo , ese mundo que en ocasiones te abandona y te deja a la deriva con tu corazón que por desgracia no tiene la magia de ser reciclable. 
 Esas personas maravillosas llegan a tu mundo transformando todo , desordenando tu mente , tus planes , tus horarios . Son esas pequeñas cosas que te reconcilian con el mundo , los detalles , el amor , la preocupación , el hacerte sentir la mujer mas especial del planeta  . Cosas que  erizan la piel por completo y por fin logras sentirte viva y el mundo duele menos si al mirar sus ojos logras ver que quedan tantas cosas por hacer , tantas por nombrar y tantas por descubrir juntos . 

domingo, 8 de julio de 2012

Mi nombre es Sam



Una lección , una lección para todos nosotros , los que muchas veces vivimos buscando el éxito , buscando tener mas lucas , intentando impresionar a quienes no nos agradan . Una lección para los que muchas veces recaemos en la superficialidad que nos exige la sociedad . Admiramos a quienes gozan de tener "éxito" en la vida , y atribuimos el anhelado "éxito" a tener un auto que proporcionalmente es 10 veces superior a nuestros cuerpos  , a vivir en  el barrio alto de la ciudad , a gozar de un gran sueldo para solventar aquellas cosas que  erróneamente pensamos que nos hacen dichosos y mejores personas , pero ¿de que estamos hablando? , de esa forma sólo restamos importancia a lo que sin lugar a dudas debería tenerla por sobre todas las cosas y a que a muchos les falta en cantidad , me refiero a eso, a lo que "llamamos inteligencia emocional" y que hoy en día se encuentra en el último nivel de la jerarquía de requisitos para buscar la tan añorada "felicidad" . Estamos a años luz de gozar de un alma tan bondadosa como la de Sam , ojalá no nos demoremos tanto en encontrarla. Es tan simple como saber comprender a quien está a nuestro lado, pero a nosotros la simplicidad es lo que nos complica.

sábado, 7 de julio de 2012

Como agua para chocolate




Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.